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domingo, 31 de agosto de 2014

TEMA* 1.1


TEMA N* 1:LA RESTAURACIÓN MONARQUICA




Europa de la Restauración o Restauración europea es una denominación historiográfica para el periodo de la historia política de Europa que va de la derrota del Imperio Napoleónico (1814 y 1815) a la revolución de 1848, caracterizado, en la Europa continental, por la preponderancia de las potencias de la Santa Alianza (Imperio de Austria, Reino de Prusia e Imperio ruso) y el denominado sistema Metternich de relaciones internacionales o Europa de los Congresos (Congreso de Viena -1814-15-, Congreso de Aquisgrán -1818-, Congreso de Troppau -1820-, Congreso de Liubliana -o Laibach, 1821-, Congreso de Verona -1822-); mientras que el Reino Unido se convertía en la potencia dominante en el mundo económico y en las rutas oceánicas, gracias a su ventaja decisiva en la revolución industrial y el dominio de los mares.
Marcado por la crisis del Antiguo Régimen y el triple proceso revolucionario de la revolución liberal, la revolución industrial y la revolución burguesa, el periodo de la Restauración significó el esfuerzo de las monarquías europeas para legitimarse en la tradición y la alianza entre Trono y Altar; combatiendo los principios revolucionarios que ponían en la voluntad general el origen de la soberanía (soberanía nacional contra el derecho divino de los reyes); procurando la represión de cualquier movimiento contrario entre sus súbditos (por ejemplo, los que se organizaron en movimientos político-sociales, como los carbonarios italianos) e incluso, especialmente, entre los militares (por ejemplo, los decembristas rusos).


La Restauración. El congreso de Viena
El Congreso de Viena fue convocado en 1814 con el objetivo de proceder al reajuste territorial de Europa.
En él participaron las principales potencias, representadas por sus respectivos embajadores: Austria (Metternich)Gran Bretaña (Castlereagh)Rusia (Alejandro I)Prusia (Humbolt) y Francia (Talleyrand). España intervino superficialmente como potencia de segundo orden.
Sesión del Congreso de Viena. Ampliar imagen
Sesión del Congreso de Viena
Su ideario se puede resumir en los siguientes puntos:
El intento de restaurar el Antiguo Régimen, pretensión que no fue secundada por el Reino Unido.
TalleyrandTalleyrand
La idea de legitimismo que reafirmaba el origen divino del poder de los reyes. En virtud de este principio Talleyrand logró reponer en Francia a los Borbones en la figura de Luis XVIII.
Éste sería considerado un monarca revestido de lícita autoridad frente a los que habían alcanzado el poder por el uso de la fuerza, caso de los revolucionarios franceses y Napoleón.


La solidaridad entre los estados, lo que implicaba la cooperación mutua a través de una política común capaz de neutralizar los potenciales movimientos revolucionarios. 
La búsqueda de un equilibrio entre las cinco grandes potencias.
Se configuró un nuevo mapa de Europa
En la reordenación de las fronteras, que habían sido alteradas por las conquistas napoleónicas, no se tuvieron en cuenta las aspiraciones nacionalistas, tampoco los derechos de algunos príncipes que habían sido despojados de sus tronos por los franceses en años precedentes.
Se impusieron los intereses de las cinco grandes potencias:
  • El Reino Unido, sin ambiciones territoriales concentró sus esfuerzos en conseguir el dominio marítimo.
  • Rusia obtuvo, entre otros, el control de gran parte de Polonia y la anexión de Finlandia.
  • Austria penetró en las italianas Lombardía y el Véneto e intentó mantener la preeminencia centroeuropea frente a Prusia. 
  • Prusia recibió RenaniaSarre y Sajonia.
  • Francia, tras el "Imperio de los Cien Días" y el definitivo destierro de Napoleón en Santa Elena fue rodeada de "estados-tapón" con el objeto de evitar el posible renacimiento de su expansionismo. Entre éstos destacó el de los Países Bajos y Bélgica.

Alejandro I

Metternich


El regreso del absolutismo. El reinado de Fernando VII (1814-1833)

Al termino de la Guerra de la Independencia se producirá el regreso de Fernando VII y la restauración del absolutismo en España. Es un periodo complejo que los historiadores dividen en tres partes y que este esquema obtenido del blog Daniel y los quince y la presentación que os he preparado os pueden ayudar a comprenderlo.





















La Constitución de 1812 es redactada mayormente por liberales, pero un grupo de diputados absolutistas ya habían mostrado su reacción a ella. A éstos se suman todas las instituciones del Antiguo Régimen y la Iglesia, que no acepta la abolición de la Inquisición, la libertad de pensamiento y el ataque a sus propiedades, arrastrando a las masas populares a apoyar el retorno absolutista.

El 11 de diciembre de 1813, el Conde de La Forest (Aire, Francia, 1756-¿?, 1846), antiguo embajador de Francia en Madrid, firmaba con José Miguel de Carvajal y Vargas, II Duque de San Carlos (Lima, Perú, 1771-París, Francia, 1828) y con Pedro de Macanaz (Hellín, Albacete, 1764-Hellín, Albacete, 1830) un tratado de paz y amistad, el Tratado de Valençay, que reconocerá a Fernando VII y a sus sucesores como reyes de España y de las Indias, manteniendo la integridad del territorio español. El tratado supone una sumisión total de Napoleón, que presionado por la guerra centroeuropea, se ve forzado a dejar en libertad a Fernando VII a cambio de la paz entre los dos países.
La Regencia defiende ante el Duque de San Carlos la jura de la Constitución por parte del rey Fernando VII. San Carlos tenía el encargo de averiguar qué ambiente se respiraba en la Regencia y las Cortes. Las pesquisas revelaron que todos deseaban la vuelta de Fernando VII, los realistas para que acabara el régimen constitucional y los liberales para que se reconociera la Constitución de 1812 y las reformas realizadas en las Cortes.
El 16 de abril, a su llegada a Valencia, los absolutistas presentan a Fernando VII el Manifiesto de los Persas, exigiéndole que acabe con el proceso reformador liberal y que restablezca la Inquisición. Mientras, el general Francisco Javier Elío, ahora en la Península como general en jefe del II Ejército, jura conservar el trono con todos sus derechos. A todo esto, se suma la abdicación de Napoleón y la desaparición de la amenaza de una posible invasión francesa.
Todo esto hace posible que Fernando VII pueda firmar el 4 de mayo de 1814 el Decreto de Valencia, que deroga el régimen constitucional. El decreto presenta una relación negativa de las actividades de las Cortes, presenta un plan de reformas centradas en la convocatoria a Cortes tradicionales con procuradores de España e Indias, hace una declaración del Monarca en contra de la jura de la Constitución de 1812 y anula la totalidad de la obra de las Cortes.
Fernando VII empezará una dura represión creando la Comisión de Causas de Estado para perseguir a los políticos liberales, marchando al exilio muchos de ellos. El regreso de Fernando VII supondrá además una vuelta al antiguo sistema de 1808, dando marcha atrás a algunas medidas del reformismo ilustrado. El descontento de los liberales y del ejército alimentará intentos fallidos de pronunciamientos militares, tanto en la Península, con José María Torrijos (Madrid, 1791-Málaga, 1831) como en América, con Francisco Javier Mina (Otano, Navarra, 1789-México, D.F., 1817) en Soto la Marina.
Los nuevos ministros son incapaces de desarrollar una buena política. Medidas como la reinstauración de la Mesta, los gremios, los privilegios fiscales estamentales, la devolución de las propiedades desamortizadas, etc. llevan al país a una situación de bancarrota. A todo esto se une la disminución de la llegada de remesas de plata americana.

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